GENERALIDADES

San José de Cocotog es una comuna indígena ubicada al nororiente de Quito, con una extensión de 66 kilómetros cuadrados, en el valle de Guanguiltahua, sobre una meseta atravesada por el río Guayllabamba , el cual separa a Cocotog de poblaciones como Puembo, Pifo, Tababela, Yaruquí, Checa y El Quinche, asentadas al lado oriental de su cauce.

Su idioma ancestral es el quichua y en la actualidad sólo las personas ancianas lo hablan cotidianamente.

Entre su vegetación predominante encontramos al algarrobo, el penco, el aguacate, el eucalipto y una diversidad de árboles y arbustos frutales.

Las principales actividades productivas son la agricultura y la crianza de animales. Además, muchos de sus habitantes trabajan en la ciudad de Quito, principalmente en industrias como la textil, la de la construcción, y en las diferentes empresas municipales de obras públicas.

Siendo un anejo de la parroquia de Zámbiza, Cocotog se constituye como comuna en el año de 1948 en búsqueda de independencia frente a la cabecera parroquial y mejores oportunidades de gestión en beneficio de sus habitantes.

Está conformado por cinco barrios: San Miguel, Jesús del Gran Poder, Central, Santa Ana y Yurac Alpaloma.

San José de Cocotog

Un relato histórico en construcción

Desde la llegada de los españoles la población indígena se ha visto marginada e incapacitada para desenvolverse por sí mismos. Con la conquista española toda la cultura construida por nuestros ancestros se ha visto quebrantada, reprimiéndoles el poder sacar a flote toda su sabiduría productiva, filosófica, espiritual y empírica, que podían ofrecer en múltiples campos. Este proyecto aculturador sobrevivió a los conquistadores y fue heredada por los criollos, quienes mantuvieron estas tesis, debido a que consideraban la “necesidad” de aplacar la cultura originaria para imponer la blanco-mestiza eurocéntrica.

Gracias a la resistencia de los colonizados a varios siglos de opresión y del acto de levantar un proyecto propio de dialogo; se mantiene hasta la actualidad rasgos de nuestra cultura ancestral.

Al parecer el mestizaje en Cocotog siempre estuvo marcado por la vinculación laboral con la ciudad; cuando tuvieron que buscar mejores fuentes de ingreso que las que les proporcionaba la agricultura y crianza de animales, ya que las políticas públicas impactan primeramente en los centros urbanos más importantes, obligando a estas comunidades a acceder a la ciudad en busca de un mejor estilo de vida.

Los adolescentes  (el momento crítico para la formación de su personalidad) que estudian la secundaria en la ciudad se topan con un ambiente hostil, marcado por el racismo subyacente de la población blanco-mestiza. donde los indígenas son representados como “inferiores”. Creando un sentimiento de rechazo a sí mismos y de amenaza para su supervivencia afectiva, por lo que optan por dejarse penetrar por la cultura urbana blanco-mestiza, abandonando la vestimenta tradicional y su idioma.

Si las condiciones culturales han podido ser precariamente mantenidas es porque muchos de esos adolescentes, cuando han entrado a la edad adulta, han tenido la sensibilidad de aceptarse a sí mismos y valorar sus raíces. Se trata de aquellos que no han sucumbido a la angustia cotidiana de competir a toda costa por el éxito y el reconocimiento social.

Sin embargo, el proceso de aculturación se agudiza con el tiempo, y cada generación se encuentra paulatinamente más alejada de la tradición cultural ancestral. El movimiento parece ser más violento en los últimos veinte años. Seguramente por el acceso a la educación superior, el avance a la ciudad, la individualización de las alternativas económicas y el desgaste de la organización política comunitaria.

Antes de constituirse legalmente como una comuna, Cocotog ya existía como una comunidad en la parroquia de Zámbiza, a la cual se hallaba territorialmente ligado y políticamente subordinado.

En términos sociales existía una situación de desigualdad entre cabecera parroquial y la comunidad. Donde autoridades parroquiales obligaban a trabajar a la gente de Cocotog en beneficio de Zámbiza, y de no cumplir; sufrían algún tipo de represalia. Además, el cura obligaba a la gente de Cocotog a llevar a las mingas que realizaban, maltas de chicha y canastas de mote, y de no hacerlo; les confiscaban los animales o las cosechas.

No contaban con carreteras, se movilizaban para comercializar su cosecha u ofrecer sus servicios a diferentes sectores de la capital, sobre chaquiñanes. Además, no contaban con los servicios básicos como: agua potable, luz eléctrica, alcantarillado o similares.

Todo esta situación de manipulación, incomodidad, injusticia, sometimiento; fue creando un ambiente de incomodidad hacia los habitantes, lo que condujo a conflictos que se manifestaron con la finalidad de obtener mayor independencia con respecto a Zámbiza y poder tomar decisiones solo por el bien de Cocotog.

Llano chico y Zámbiza querían la comuna y entran en conflicto por querer ser más grande en sus territorios. Se llegó a un juicio para decretar las nuevas parroquias, en el que el Sr. Mariano Simbaña en representación de la comuna presentó la propuesta de lo que quería la gente de Cocotog.

Entre 1946-47, se inician las gestiones para constituir legalmente la comuna, en la que se explica “para que es la comuna, para que sirve y como tendría que funcionar, una vez hecha la comuna”.

Hubo gente que no estuvo de acuerdo ya pensaba que eso iba a implicar la pérdida de sus propiedades y animales en manos de los dirigentes.

Es así, que en medio de dudas y desacuerdos, pero también de expectativa, se funda la Comuna Indígena San José de Cocotog, de conformidad con la Ley de Organización y Régimen de Comunas de año 1937, el día 15 de Junio de 1948, quedando como primer presidente del cabildo, el Sr. Mariano Simbaña, quien toma el tema de las diferentes obras que necesitaba la comuna como: agua potable, la construcción del puente en el sector, denominado “La Cantera” y el trazado vial hasta Cocotog. Obras en las que colaboraron los mismos pobladores.